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A 30 AÑOS DEL INICIO DEL CONFLICTO ARMADO INTERNO:
CONSTRUIR UN ESTADO DEMOCRÁTICO Y JUSTO PARA LAS GRANDES MAYORÍAS OLVIDADAS Y EXCLUÍDAS
CONSTRUIR UN ESTADO DEMOCRÁTICO Y JUSTO PARA LAS GRANDES MAYORÍAS OLVIDADAS Y EXCLUÍDAS
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Este 17 de mayo, se cumplen 30 años del inicio de la lucha armada por parte del Partido Comunista del Perú, Sendero Luminoso, PCP-SL, partido que utilizó el terrorismo y la barbarie para lograr sus objetivos y para hacer frente a las poblaciones más pobres del campo y la ciudad, que se le opusieron y que finalmente fueron pieza fundamental para su derrota.
Cerca de dos décadas de violencia y terror, que fueron justificadas para crear un mundo de paz y justicia, nos ha demostrado que ninguna acción autoritaria y sangrienta puede construir algo, sino solo destruir y demoler, acabar y crear miedo y más pobreza.
A 30 años de esa demencial demostración de fuerza contra el Estado y la propia población por la que supuestamente se luchaba, nos obliga a una reflexión sobre sus causas y perspectivas.
La violencia de SL se mimetizó con el autoritarismo y exclusión que desde siglos atrás minorías pudientes utilizaron contra sectores humildes y pobres del campo y la ciudad. Si bien la violencia terrorista del senderismo vino desde quienes decían defender a los pobres y querer sacarlos de la pobreza, también es verdad que tuvo el mismo desprecio por el campesinado pobre, cuándo éste se le opuso y que sólo buscaba lograr su ansiado desarrollo.
Y como afirma la Comisión de la Verdad y Reconciliación, CVR, la violencia senderista se asentó sobre la cultura vertical, autoritaria y discriminadora de la sociedad oligárquica. Además, utilizó la enseñanza memorística, autoritaria e impositiva de una escuela hecha para que los alumnos repitan sus enseñanzas y no cuestionen ni recreen lo que ellos les obligaban a aprender. Y también se basó en experiencias ajenas a la cultura y la identidad nacional, y sobre todo a la cultura andina y local.
Nunca SL utilizó el diálogo para lograr sus objetivos, siempre tuvo la consciencia de ser el Partido que iba a realizar la revolución, y que eran los poseedores de la verdad y la salvación para el pueblo. Esta ideología mesiánica y autoritaria, los llevó al desprecio por la vida y la verdad. A considerar que todo lo que hacían estaba bien y era casi sagrado y necesario para el pueblo.
Por todo ello su accionar fue progresivamente rechazado por el pueblo, y fueron las poblaciones más pobres y excluidas las que se opusieron a su avance, y finalmente lograron derrotarlo. Pero no sólo fue derrotado por su accionar violento y autoritario, sino porque su propuesta política autoritaria que no respetaba la discrepancia ni las libertades humanas, era en la práctica y realidad nacional, imposible de ser implementada. Este accionar de SL generó lo que la CVR llama el “Conflicto Armado Interno”, que se constituyó en una guerra fraticida, de peruanos contra peruanos, siendo por tanto la época más sangrienta del Perú y la más destructiva.
El pueblo al oponerse al autoritarismo y mesianismo de Sendero Luminoso, rechazó toda forma de violencia para imponer las ideas y construir una nueva sociedad. Y ha afirmado que el diálogo, la libertad, la concertación y la democracia son las herramientas necesarias para lograr transformar democráticamente el Estado y la situación de pobreza y marginación, en la cual aun lamentablemente nos encontramos. Pero aún sigue siendo un reto el construir una sociedad realmente democrática y justa, en donde no exista la extrema pobreza y en donde las victimas del CAI, tengan acceso a reparaciones tanto colectivas como individuales.
El Movimiento Ciudadano por los Derechos Humanos “Para que no se repita”, se reafirma en que la única manera de lograr construir una sociedad más justa y equitativa, es trabajando junto a la sociedad organizada, basándose en el respeto irrestricto de las libertades humanas, de la democracia, de la participación de los ciudadanos y ciudadanas, sobre todo en las organizaciones de afectados y sus luchas por lograr construir un nuevo Pacto Social entre todas y todos los peruanos y ayacuchanos.
Es por eso que el Movimiento hace una invocación y llamado a todas las autoridades regionales, provinciales y locales, así como a los y las candidatas, a que promuevan los espacios institucionalizados de diálogo serio y concertador, como el CCR y los CCLs, que escuche a la ciudadanía y responda con eficacia a los graves del problemas de pobreza y exclusión que aun vive la mayoría de los y las ayacuchanas. Es un deber del Estado iniciar procesos en donde los ciudadanos sean parte de la construcción del Estado Regional, Provincial y Local.
Cerca de dos décadas de violencia y terror, que fueron justificadas para crear un mundo de paz y justicia, nos ha demostrado que ninguna acción autoritaria y sangrienta puede construir algo, sino solo destruir y demoler, acabar y crear miedo y más pobreza.
A 30 años de esa demencial demostración de fuerza contra el Estado y la propia población por la que supuestamente se luchaba, nos obliga a una reflexión sobre sus causas y perspectivas.
La violencia de SL se mimetizó con el autoritarismo y exclusión que desde siglos atrás minorías pudientes utilizaron contra sectores humildes y pobres del campo y la ciudad. Si bien la violencia terrorista del senderismo vino desde quienes decían defender a los pobres y querer sacarlos de la pobreza, también es verdad que tuvo el mismo desprecio por el campesinado pobre, cuándo éste se le opuso y que sólo buscaba lograr su ansiado desarrollo.
Y como afirma la Comisión de la Verdad y Reconciliación, CVR, la violencia senderista se asentó sobre la cultura vertical, autoritaria y discriminadora de la sociedad oligárquica. Además, utilizó la enseñanza memorística, autoritaria e impositiva de una escuela hecha para que los alumnos repitan sus enseñanzas y no cuestionen ni recreen lo que ellos les obligaban a aprender. Y también se basó en experiencias ajenas a la cultura y la identidad nacional, y sobre todo a la cultura andina y local.
Nunca SL utilizó el diálogo para lograr sus objetivos, siempre tuvo la consciencia de ser el Partido que iba a realizar la revolución, y que eran los poseedores de la verdad y la salvación para el pueblo. Esta ideología mesiánica y autoritaria, los llevó al desprecio por la vida y la verdad. A considerar que todo lo que hacían estaba bien y era casi sagrado y necesario para el pueblo.
Por todo ello su accionar fue progresivamente rechazado por el pueblo, y fueron las poblaciones más pobres y excluidas las que se opusieron a su avance, y finalmente lograron derrotarlo. Pero no sólo fue derrotado por su accionar violento y autoritario, sino porque su propuesta política autoritaria que no respetaba la discrepancia ni las libertades humanas, era en la práctica y realidad nacional, imposible de ser implementada. Este accionar de SL generó lo que la CVR llama el “Conflicto Armado Interno”, que se constituyó en una guerra fraticida, de peruanos contra peruanos, siendo por tanto la época más sangrienta del Perú y la más destructiva.
El pueblo al oponerse al autoritarismo y mesianismo de Sendero Luminoso, rechazó toda forma de violencia para imponer las ideas y construir una nueva sociedad. Y ha afirmado que el diálogo, la libertad, la concertación y la democracia son las herramientas necesarias para lograr transformar democráticamente el Estado y la situación de pobreza y marginación, en la cual aun lamentablemente nos encontramos. Pero aún sigue siendo un reto el construir una sociedad realmente democrática y justa, en donde no exista la extrema pobreza y en donde las victimas del CAI, tengan acceso a reparaciones tanto colectivas como individuales.
El Movimiento Ciudadano por los Derechos Humanos “Para que no se repita”, se reafirma en que la única manera de lograr construir una sociedad más justa y equitativa, es trabajando junto a la sociedad organizada, basándose en el respeto irrestricto de las libertades humanas, de la democracia, de la participación de los ciudadanos y ciudadanas, sobre todo en las organizaciones de afectados y sus luchas por lograr construir un nuevo Pacto Social entre todas y todos los peruanos y ayacuchanos.
Es por eso que el Movimiento hace una invocación y llamado a todas las autoridades regionales, provinciales y locales, así como a los y las candidatas, a que promuevan los espacios institucionalizados de diálogo serio y concertador, como el CCR y los CCLs, que escuche a la ciudadanía y responda con eficacia a los graves del problemas de pobreza y exclusión que aun vive la mayoría de los y las ayacuchanas. Es un deber del Estado iniciar procesos en donde los ciudadanos sean parte de la construcción del Estado Regional, Provincial y Local.
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Ayacucho, 17 de mayo de 2010
Movimiento Ciudadano Por Los Derechos Humanos "Para Que No Se Repita" AYACUCHO
http://www.rimarisum.org/TerceraEdicion/
http://www.rimarisum.org/TerceraEdicion/
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