Testimonio y solidaridad: Rao Nete-Jardín Botánico Shipibo


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Hola amigas y amigos, comparto con ustedes la experiencia de Tomas Rouzer, en Rao Nete en la selva que nos puede dar luces y sensibilizar con lo que ocurre en esta parte de nuestro territorio, y quizas podamos encontrar con ellos nuevas maneras de preservar la gran sabiduría que se encuentra en nuestro pais e integrar todas las voces.

Tomás es norteamericano y vive en el Perú desde hace 40 años más o menos.

No escribo más para que ustedes lean directamente la voz de alguien que se fascinó con el mundo shipibo y que los acompaña en su lucha por permanecer y proteger la tierra con su riquez medicinal.

cariños
Sarah Talleri

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Queridos hermanos y amigos,

Les escribo con más detalle acerca de la experiencia en la selva. Voy a escribir con capítulos para poner cierta orden en lo que es una situación algo caótica.

Capítulo 1:

Hace muchos años el territorio alrededor de Pucallpa en la amazonía selvática peruana pertenecía principalmente al grupo étnico shipibo-conibo. Los colonos de la sierra que buscaban tierra para lucrar con los recursos naturales del momento, como el caucho, invadieron ese territorio. Interrumpieron tanto en el estilo de vida de los shipibos que tuvieron poco apoyo por ser una etnia repudiada por los mestizos en ese entonces que terminaron huyendo a los montes y comunidades del Río Ucayali. Pucallpa significa tierra roja y en shipibo esa tierra roja, MAY JOSHIN, es roja por la sangre derramada allí.

Capítulo 2:

Hace 8 años por circunstancias totalmente casuales conocí a una familia de curanderos shipibos que trabajan con plantas medicinales. Creamos un proyecto que tuvo y tiene como intención básica la preservación, el cuidado y el mantenimiento de un jardín botánico de plantas medicinales que van desapareciendo en la selva al ser cortadas para sembrar cosas comerciales que van a traer dinero. Cortan y queman sin saber que están destruyendo una farmacia natural que les puede curar.

Compramos 3 hectáreas y con el título y todos los papeles en orden, nos instalamos. Poco a poco con muchos esfuerzo limpiamos y ordenamos el terreno hasta que ahora es territorio shipibo (éramos los primeros en llegar a esta zona hace 8 años) con presencia y vivencia como familia shipiba que vive en armonía con la naturaleza. Los edificios pintados y tallados son obras de arte. Sus conocimientos de cómo vivir en armonía con la naturaleza son notables frente a los atropellos cometidos en estos momentos por el gobierno y transnacionales petroleras, madereras, mineras y del narcotráfico.

Capítulo 3:

Hemos vivido en tranquilidad y con árboles y plantas a la vista hasta el horizonte.

Hace 9 meses nuestra vida cambió. Nos invadieron el terreno de atrás que tuvo dueño que no vivía allí pero sí trabajaba la tierra. Los invasores por lo general quieren agarrar tierra a cualquier costo y luego cuando logren separar un lote, venderlo a otros. Es un negocio! Aunque algunos dueños tienen título y supuestamente están protegidos por la ley, los invasores no lo respetan. Por lo general, entran en la oscuridad de la noche, cortan alambres, roban sinchinas (los postes para el alambrado) y comienzan a quemar la hierba alta y cortar los árboles. No sienten ninguna conexión con la Naturaleza, parece, y lo que dejan es una zona baldía que se convierte en un mar de polvo o barro, según la época del año.. Muchas veces los líderes de los invasores son delincuentes que no son de Pucallpa y lucran con el robo y la violencia.

Nos han invadido a dos lados cuando no estuve y más o menos se han instalado. Un grupo era violento y atropelló nuestro perímetro pero no lograron entrar y quedarse. Otro grupo era más calmado y respetuoso. Hace unas semanas los chiquillos vinieron gritando con terror que ya estaban invadiendo la propiedad al costado nuestro y quemando. Era un día de mucho viento y la pared de llamas venía corriendo hacia nuestras casas y árboles. Afortunadamente en ese día había bastante gente visitándonos y ayudaron a apagar el fuego con agua del pozo y tierra. Un susto enorme. Más tarde de nuevo nos avisan que los mismos de la mañana han cortado el alambre frente a la cocina y están llevando sinchinas y quemando dentro de nuestra propiedad. Hay una confrontación entre la madre curandera y el líder de la pandilla y él admite saber que tenemos título y que no tiene derecho de entrar. Se retiran y contamos 10 árboles chicos quemados.

Capítulo 4:

Dos noches más tarde escuchamos el golpe de machete contra árbol. Vamos corriendo y descubrimos que los mismos que cortaron nuestro alambre y quemaron dentro de Rao Nete estaban invadiendo un bosque de frutales en frente, cortando los árboles y quemándolos! Cuando llegó el dueño sólo se reían de él, amenazando matarlo o golpearlo. Él, que está en la madera y tiene dinero, contrató a dos patrulleros pagando la gasolina y las balas porque de otra forma no llega la policía. Llegaron, tiraron bala y ahuyentaron a los maleantes que se esfumaron dentro de la primera invasión violenta al fondo de la propiedad. Esa población tiene un presidente que está buscado por la ley, es maleante y nos tiene rabia porque no le cedimos parte de nuestro terreno en su invasión. Descubrimos que está en colusión con el alcalde de San Pablo de Tushmo, Yarinacocha, Pucallpa que está provocando estas invasiones porque quiere estar re-elegido y creer que será apoyado por los invasores que le darán más votos. La policía se va retirando y esa misma gente maleante regresa, sigue cortando árboles, golpean al viejo guardián,

Roban todo en la casa, las tablas y las calaminas y queman el resto con risas y palabrotas. Se van. Al día siguiente el dueño sobrereacciona y trae a 40 hombres armados con escopetas y reconstruye una nueva casa y nos dice que ayudará a cuidar nuestra propiedad. Claro, a un precio-que le ayudemos a pagar a los guardianes que él contrató. No tenemos, no lo hacemos y nos damos cuenta que estamos siendo bombardeados por el miedo de aquellos que nos rodean-los invasores y los dueños.

Capítulo 5:

Decidimos reaccionar de otra manera. Primero tratamos de fortalecer nuestro perímetro poniendo nuevas sinchinas y más alambre de púa. Hemos puesto un letrero que se ve desde la calle que dice: Rao Nete: Mundo de las Medicinas. Jardín Botánico y Refugio Natural. Quemaron 10 de nuestros árboles y les pedimos cedernos dos árboles altos en nuestro perímetro pero a su lado en lo que será una calle. Hemos plantado más árboles en los perímetros. Estamos levantados y afuera a las 5 a.m. trabajando con la limpieza y la construcción en la propiedad, mostrando que vivimos y estamos presentes acá. Hemos pintado los edificios con diseños shipibos y en el atardecer y la noche nos vestimos con cushma que es una túnica pintada con diseños. Decidimos vigilar pero en vez de usar escopeta y dar y recibir miedo, tocamos música y cantamos canciones curativas. Todos los grupos que nos rodean gritan, amenazan, muestra su bulla y caos y destruyen lo que da vida. Vigilamos entre 8 p.m. y 3 a.m. con linterna. Y protegemos la propiedad con métodos antiguos y shamánicos que parecen estar funcionando. Nos dimos cuenta que no éramos víctimas y de alguna forma habíamos atraído a esas personas. Tendremos que ejercitar nuestro trabajo de ser curanderos. Decidimos darles la bienvenida si tuvieran un trato con nosotros, ofrecer nuestros servicios, explicar lo que hacemos y pedir su colaboración. Pero por lo general los invasores son sordos y ciegos en el momento de la agresividad de la invasión. Después de haber cortado y quemado recién negocian con los dueños y los abogados.

Capítulo 6:

Hemos recibido chismes y rumores que nos van a invadir 30, 100 con croquis, 500, invasores botados de otras invasiones. Dicen, “Pero por qué necesitan tanta tierra? Tanta gente podría vivir allí!” Ahora el rumor es que van a respetar la tierra pero nos van a saquear. De qué? No tenemos nada-vimos con naturalidad con lo mínimo. Pero a los líderes de los invasores les interesa robar la madera y las hojas de los techos y las herramientas.

Hemos tenido que detenernos y ver cómo nos invadimos a nosotros mismos con temores y fantasías catastróficas y extremo cansancio. Decidimos seguir viviendo normalmente aunque nos sentimos vivir en una pecera sin mucha privacidad. Nos animamos y nos fortalecemos en nuestra decisión de proteger este pedazo de May Joshin para los shipibos y la humanidad. Comunicamos con quienes quieren escuchar, leer y reflexionar. Nos sentimos fuertes y resueltos. Concentramos más en lo que podemos construir y mejorar en nuestras tres hectáreas. Sentimos que la lucha es, en miniatura, un ejemplo de lo que ocurre en el Perú y con los recursos naturales en la selva. Davíd y Goliat!

Hoy en día las viudas y los grupos étnicos y ecológicos tienen mucho apoyo legal. Sin embargo, todo el trato legal generalmente ocurre después de la invasión y destrucción. Tratamos de evitar eso con nuestras medidas. Estoy aprendiendo a creer en fuerzas invisibles. Creemos y sentimos que la tierra y las plantas nos apoyan y ayudan. Es una ola que eventualmente va a pasar.

El otro día había una lucha entre invasores y los matones del dueño de los frutales porque los invasores habían entrado desde atrás. Dijeron que los invasores vendrían a nuestra propiedad después. Por mientras, dentro de nuestro jardín, la luna llena brillaba entre dos palmeras altas, los sapos y grillos cantaban alegremente y reinaba una paz mientras en el mundo de afuera era ruidoso, caótico, conflictivo y lleno de gritos.

Hay personas que nos han ayudado generosamente a renovar el cerco y nos conectan con otros para saber que no estamos solos en esta lucha. Frente a la voracidad depredadora de los avaros y el gobierno central, los indígenas comienzan a despertarse y decir basta frente a los atropellos. El gobierno los llama terroristas.

Ahora las lluvias torrenciales, la destrucción de la vía férrea que llega hasta Machu Picchu también agrega otra voz a este coro. La tierra está diciendo Basta con los atropellos y maltratos.

Capítulo 7:

No sabemos qué pasará. Ahora vemos chozas, pocas plantas y menos árboles, muchos caminos, tráfico y gente desconocida hasta el horizonte. Vamos a ser el único parque botánico a 10 kilómetros a la redonda. El jefe dice que no va a vender la propiedad, ni por pedazos. Si invaden y la quieren, será todo o nada, lo cual no van a hacer, y él en nombre de la comunidad shipiba necesitaría a una cabeza de dirigente para hacer el pago a la tierra roja con su sangre. El jefe que ha creado una exitosa orquesta en shipibo ya está cambiando su música para cantar en shipibo sobre cosas ecológicas y ancestrales.. Su música la usa como curación en comunidades y la gente le responde bien.

Por mientras, nuestro trabajo es conectarnos con otros hermanos que puedan darnos el apoyo moral que no estamos solos y que la lucha para preservar a lo que nos cuida y cura es más importante que llenar el bolsillo con turistas, reconocimiento público y visitas que interrumpen. Sólo queremos que nos dejen en paz. Nuestra intención al compartir esto no es suscitar compasión e indignación como única respuesta. Queremos informarles que hay un grupo étnico chico que enfrenta grandes poderes y fuerzas del mundo consensual y que trabajamos con recursos artísticos y amorosos para preservar y usar tres hectáreas de plantas medicinales. Queremos que los niños y sus nietos nuestros y de los invasores tengan a la mano un lugar donde cantan los pájaros, crecen las plantas con amor y que no damos ni recibimos miedo sino hermandad. Hacemos todo esto para la tierra, el viento, el agua, los animales y la humanidad.

Si sientes que nuestra historia puede ayudar a otros a conocer más el tipo de situación que existe en la selva en este momento entre grupos de poder y los grupos étnicos, comparte esta historia. Y muchas gracias por su apoyo y energía y presencia en nuestras vidas.

Niwen Bea y Ronon Mano

Rao Nete

3 de febrero 2010
http://www.artesomaticas.org.pe/?p=460

1 comentario:

  1. bumboklaaaaaaaaaaaaattttttt......... rono mano o kisin rono eskribeme o niwe bea eskribeme a brujojiujitsu@hotmail.com

    soisani

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